lunes, 24 de junio de 2019

Sólo más allá de medianoche


Me he levantado temprano esta mañana, como los soldados del cuento de Borges, un pelotón de fusilamiento lleno de hombres muertos de sueño. En la cafetería me he sentado cerca de la ventana y he pedido un café para ver si así conseguía que se expandiese mi universo. Porque  hay varias teorías sobre la expansión del Universo aunque todo es muy complicado. En mi caso puedo decir que mi universo es reducido y, a pesar del café, creo que se está enfriando. Por las noches duermo poco. Esta noche he estado pensando en la Teoría de la gravitación universal, y en que la luna debe de estar cayendo. Ya por la mañana me han dicho que no, que la luna se está alejando a razón de 3 centímetros al año. Menos mal. Después he estado leyendo un rato hasta que ha llegado una mujer que tenía el pelo alborotado como si no hubiera acabado de despertarse. La mujer le ha dicho a la camarera que anoche estuvo en un bar sola hasta que conoció a un hombre, que estuvieron hablando y luego se lo llevó a casa y se fueron a la cama porque ella folla mejor con desconocidos. La mujer se ha ido al poco y he continuado leyendo un rato Aurora, de Nietzsche, que por el título da un poco la sensación de amanecer aunque hable de la muerte. Luego, de vuelta a casa, he pasado por un semáforo terrible que está en combinación con otros dos. No sabes por dónde te van a venir los coches. Sé que un día me atropellarán ahí.