domingo, 3 de marzo de 2024

Posiblemente un romántico. ¿A quién le importa?

Había caminado un rato por Honfleur cuando me encontré con Marguerite. En Honfleur no se puede caminar durante horas sino es en círculos, porque Honfleur es como la literatura. Entonces Marguerite, como si me hubiera leído el pensamiento, me dijo que en ese pueblo mareante, todo lo que no es literatura es muerte. Ella no sabía en ese momento que para mí, Honfleur es el lugar donde acudiría cuando sintiera que se acercaba mi muerte, porque Honfleur es un lugar para morir. Como aún no era el caso, nos sentamos en un bar del puerto. Mientras tomábamos un vino de la región, le dije que Francia es un país terminado: no hay ni una grúa. Entonces cambié de tema y le comenté que en la literatura no me gustan las casualidades. Tampoco los sueños. Pero que sí que me gusta que aparezcan árboles, y que en los libros de W.G. Sebald siempre aparecen árboles. En la vida hay casualidades y también árboles. Como pedimos otra copa de vino, ella me dijo que en la película La zona de interés, que se centra en la vida familiar del comandante de Auschwitz, el perro negro que está siempre cerca de la mujer de Rudolf Höss es el mal, porque aunque parece que no se quiere mostrar, está siempre por ahí rondando. Un perro nunca se pregunta el porqué. Entonces dejó de hablar y vi que se fijaba en un hombre sentado en otra de las mesas del bar. Era un hombre alto, con las piernas cruzadas que dejaban ver un calcetín con los dibujos del camuflaje del acorazado Bismarck. Marguerite volvió a mirarme, cerró la mano y haciendo el gesto de levantarse, me dijo: Posiblemente un romántico. ¿A quién le importa?