sábado, 12 de enero de 2013

La probabilidad de escribir




Esta mañana no he almorzado.  Algunas veces no lo hago. Después he pensado en los escritores de la tercera vía. Todavía no hay escritores de este tipo pero aparecerán. Una de las características de los libros que imaginarán los escritores de la tercera vía será la de no matar al libro con un final previsto. Los finales suelen ser, generalmente, flojos. Por eso, a partir de la página 60, en sus libros, sólo aparecerán hojas en blanco. El blanco como reconocimiento: "Disculpen que no acabe este libro"

I. Leo en un artículo de Enric de la Ville-Maat las causas que le llevaron a ser escritor: «Vi a Mastroianni en La noche de Antonioni; en esa película -que se estrenó en Barcelona cuando tenía yo dieciséis años- Mastroianni era escritor y tenía una mujer (nada menos que Jeanne Moreau) estupenda: las dos cosas que yo más anhelaba ser y tener.»

II. Escribe Vidal-folch en “Lo que cuenta es la ilusión”, que para hacer algo significativo en la literatura se precisa talento, suerte y voluntad. «Con talento pero sin voluntad no se llega a nada. Con voluntad y sin suerte, tampoco. Etcétera.»

III. «También los escritores efectúan a menudo, como los generales, los más prolongados preparativos antes de avanzar para el ataque y atreverse a librar una batalla o, en otras palabras, lanzar un artilugio o libro al mercado, lo que suena desafiante y excita por tanto con fuerza potentes contraataques. ¡Los libros atraen las recensiones, y a veces estas son tan enconadas que el libro ha de morir y el autor tiene que desesperarse!»  R. Walser

IV. Ser escritor es una probabilidad. En estadística, la figura del outsider es aquella que se distancia de la media, de la normalidad de una muestra. En la realidad actual, ser escritor es dejar de ser un outsider.

V. «Para ser escritor había que escribir, y además escribir como mínimo muy bien.» Enric de la Ville-Maat

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