«Cuando empiezo a escribir, recuerdo siempre algo que leí de Italo Calvino, y me doy cuenta de la razón que tiene. Antes de ponerte a escribir tienes el universo entero en tus manos, pero cada palabra que vas añadiendo va cerrando el ángulo. Al cabo de dos o tres páginas, todo lo que has decidido, lo que has escrito, excluye lo demás, y eso provoca una sensación de vértigo: la certeza de que la primera frase condiciona el resto del relato.»
Enrique Vila-Matas
Nota: Extraído del blog de Jean Larser, "Correcciones de estilo y edición de textos"
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo. A veces, empiezas a escribir con una idea en la cabeza y al final esa idea, te abandona, muta, cobra vida propia y se transforma en lo que quiere, sin que le importe demasiado lo que inicialmente pensaste.
Sí, Noire. Y después hay que moverse con soltura entre esas paredes y las que están por levantar.
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